martes, febrero 20, 2007

ECOS DE “CUANDO MUEREN LAS PALABRAS...”

¿Quién puede estar en desacuerdo con lo expresado en CUANDO MUEREN LAS PALABRAS...?

No he mirado ni quiero mirar una cuña más que mina la salud mental y social de lo que queda de nuestro país.

No se enseña que la libertad de nuestros pensamientos están en directa relación con la calidad y cantidad de vocabulario que se posea.

Antiguamente un egresado de primaria dominaba unas 800 palabras y del secundario unas 1500 (si no se esforzaba) y un intelectual no menos de 4000.

El esquema básico ronda en las 400 palabras, con este acervo no se puede ser libre (que no debe confundirse con ser bueno).

Hoy por hoy un egresado del 9no. tiene, si es de escuela pública, unas 600 palabras y alrededor de 50 vocablos que no tienen sinonimia para ellos (bolú, mina, etc). Desconocen significado y significante y carecen de la mínima noción de estructura del lenguaje.

Como el lenguaje es lo que nos comunica, si es pobre también será pobre la interrelación de los emisores. No existe el pensamiento reflexivo (estoy hablando genéricamente), sino sólo el hedonista, pasatista y embrutecedor.

Coincido con lo expresado por la autora y espero que se pueda profundizar en los efectos a futuro.

Personalmente considero que un país sin economía dirigida en función de los intereses nacionales, sin objetivos a conquistar en cuanto a elevación personal, con un lenguaje degradado, está condenado a desaparecer...

Juan Carlos Mazzera

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